miércoles, septiembre 08, 2010

Amigo antitaurino

Amigo antitaurino, ahora que se ha dado un paso importante hacia la consolidación de la fiesta taurina en Colombia he pensado mucho en usted y he encontrado que, a pesar de lo que usted pueda pensar, lo peor que le podría pasar es que prohíban la tauromaquia. Aunque suene extraño aquí le expongo mis argumentos:

1. Una vez eliminado de la faz de la tierra el arte de la tauromaquia debe continuar con los siguientes pasos hacía la eliminación total del maltrato animal, y no desde un estrado señalando con ínfulas de santidad, sino haciendo propio el tema impidiendo que “algunos” sigan disfrutando o se sigan lucrando a través del maltrato a los animales. Por lo tanto debe:

a. Dejar de comer carne de cualquier animal o sus derivados. Es claro el maltrato al que son sometidos o bien durante su vida o en su sacrificio. Y como si eso no fuera poco la inclusión de terreno para la ganadería afecta invariablemente a la fauna silvestre debido a la tala de bosques.

b. Dejar de comer verduras, frutas, tubérculos o leguminosas que provengan de un monocultivo y/o hayan sido regadas con plaguicidas. Recuerde que los monocultivos rompen con el ciclo del ecosistema ya que usualmente no se cultivan productos endémicos y adicionalmente se debe talar o quemar el bosque. Los plaguicidas destruyen el medio ambiente y por ende a la fauna de las regiones donde se usan.

c. No usar ningún tipo de cosmético probado en animales.

d. No usar medicinas que hayan sido probadas y/o desarrolladas usando animales tales como: analgésicos, antibioticos, anticancerigenos, vacunas, sueros antiofídicos e incluso órganos de trasplante como injertos de piel o válvulas cardiacas.

e. No usar prendas de vestir de cuero, lana, cashmir, o cualquier piel animal, o accesorios con plumas, cachos, pelos, cascos, dientes, huesos y demás partes de animales.

f. No tocar instrumentos musicales ni practicar deportes donde se usen partes animales. Por ejemplo el violín, el piano, la guitarra y el arpa, o deportes como el tenis, el golf, el fútbol (soccer y americano), beisbol, softball, etc.

g. Dejar de transportarse en caballos, burros, mulas, llamas, etc.

h. Donar sus mascotas a refugios donde puedan vivir en su ambiente natural. El ambiente natural del perro, el gato o el pez no es el apartaestudio donde vive, ni el acuario donde lo tiene, ni mucho menos la terraza de la casa doden duerme.

i. Propugnar por la clausura de zoológicos, bioterios, herpetarios, insectarios, acuarios, institutos de fertilización in vitro animal, corrales, galpones, porquerizas e incluso de parques como Panaca.

j. No montar en ningún medio de locomoción que pueda dañar a los animales, p.e: barcos a motor o aviones.

k. Abstenerse de plano a cualquier actividad fuera de la ciudad que cause impacto a la fauna silvestre, por ejemplo: paseos de rio, piquetes campestres, asados o las mentadas caminatas ecológicas.

l. Cortar el servicio de televisión por cable, el teléfono fijo, el celular, internet Wifi y la energía eléctrica de la casa. Sabia que las ondas electromagnéticas desvían de su curso a las aves migratorias, que luego mueren de hambre?.

Finalmente ya no tendría a quien gritarle “a-se-sino!!!” enfrente de la plaza de toros. Por lo tanto sus tardes de domingo de Enero y Febrero serían un tedio total. A no ser que la Santamaria termine como escenario de conciertos de vallenato, ranchera, corridos y/o guasca y forme un grupo de anti asesinos musicales. Y como si eso no fuera poco tendría que empezar a demostrar, por fin, que su amor por los animales va más allá de protestar un par de horas enfrente de un puñado de inofensivos taurófilos para ir a pararse enfrente de galleras, corralejas, mangas de coleo y espectáculos ganaderos a llamar: “a-se-sino!!!!” a gente que puede estar armada o ebria, o las dos.

En conclusión, tendría que ejecutar una serie de actividades y rutinas, consecuentes con su discurso, que serían la única forma para acabar de una vez por todas con el maltrato animal. O bien, deberá asumir que a pesar de sus “ingentes” esfuerzos, también, y de alguna u otra forma, disfruta o se lucra con el maltrato animal y por ende se ha pasado de hipócrita. Por eso creo que lo mejor que puede pasarle es que no prohíban las corridas de toros.