Hace ya tres años estoy muerto. Todo lo que me pertenecía me enterró, todas lo material que conseguí en este momento es mi tumba. Fue su necesidad, fue la lucha, fue el sueño realizable, fue buscar donde no había y encontrar ciertos. Todo este andamiaje hecho de mis materias, de mis reales, de mis verdades se me vino encima, me enterró vivo en esta tumba de necesidades satisfechas, en este pequeño infierno de comodidades vanas. Hoy yazco enterrado en una tumba caliente y cómoda, a mi lado retozan inertes mis sueños ahí se encuentran postrados a mi diestra, esperando ser vividos, esperando pacientemente... Siniestramente, porque están a la izquierda, el lado malo, el lado débil, el lado del corazón. A ese lado tengo los amores, las mujeres, las perfecciones del amor imperfecto. Están estas féminas hermosas que dejaron en mi pasiones refutables, tardes infinitas y sacrificios dignos de dioses .
Y con todos ellos estoy yo, yo mismo, mi mismo yo, el ego, el consciente, el ser material hecho bien acorporeo, hecho de papeles, de citas, de plazos, de contratos... de órdenes. Soy una masa de obligaciones contractuales vitales. Tengo un pacto con el dios dinero, yo vivo para él y el me deja comer y de vez en cuando me permite disfrutar de un tiempo de esparcimiento controlado y amparado por pólizas. La vida se me convirtió en una maraña yerta de contratos indisolubles. El cuerpo en materia finita de uso particular y colectivo, toda a favor del buen proceder del sistema y sus ángeles demonios.
Que bueno seria volver a la vida, tomar el riesgo y mandar al demonio todo esto... pero como?
